El jueves recién pasado (25 de Julio) pregunte durante el curso del sermón si recordaban que significa sabiduría, me quede anonadado pues nadie respondió. En primera fila estaban sentadas mi esposa y una de mis hijas pero ellas saben que no deben responder pues si no los hermanos siempre se amoldan o acomodan a esa situación. Mi esposa es conocedora de la palabra pues dedica todos los días más de una hora a estudiar la Biblia. No solamente es conocedora de la palabra de Dios sino una hacedora de la misma.
Es increíble pero se confirma lo siguiente: Escuche en una charla al Dr. Alberto Mottesi explicar que estadísticas realizadas en la iglesia dicen que el 80% de las personas que asisten no entienden la palabra de Dios, del 20% que entienden solamente el 12% aplican a su vida los principios biblícos enseñados. Es triste decirlo pero ese 80% son oidores olvidadizos, y muchos de ellos se vuelven, o ya son, gente problemática.
La palabra de Dios debe escucharse con atención, con reverencia, con fe y con un espíritu de humildad para que eche raíces en nuestros corazones, lo siguiente es ponerla por obra para que nuestra vida sea bendecida.
Por eso invitamos a los hermanos para que siempre lleven una copia del sermón y lo vuelvan a escuchar una y otra vez, nuestro pastor siempre nos decía que cada mensaje debía oírse un mínimo de 15 a 17 veces. Y es cierto pues las personas solamente retienen un 5% durante las primeras 24 horas después del mensaje y en las siguientes horas se les olvida hasta el título del sermón, como lo he comprobado una y otra vez. Por eso es importante tener paciencia para seguir enseñando, enseñando y enseñando.
Hay que hacer apuntes, luego estudiarlos, comparar sus notas con la Biblia y escuchar de nuevo el sermón, no hacerlo nos muestra una condición desfavorable a nuestras vidas en nuestro corazón.
Ahí les va una definición de sabiduría: Saber qué hacer y cómo hacerlo en un momento determinado, y con tacto. El término sabiduría se refiere a la capacidad en conocimiento y habilidad para tener éxito en la vida. En esencia, la sabiduría es más práctica que teórica. Sólo Dios posee sabiduría en el sentido absoluto, y la demuestra especialmente en sus obras de creación y redención en Cristo. Pero también Él la concede a los que la buscan con reverencia.