La parábola de los constructores prudente e insensato sirve como conclusión del Sermón del Monte, e ilustra la absoluta necesidad de cumplir la voluntad de Dios; esto es, con lo que Dios nos ha dicho que hagamos.
Edificar «sobre la roca» es ser un discípulo atento que responde a su maestro, oye y practica, en vez de ser superficial. Practicar la obediencia se convierte en fundamento sólido para resistir las tormentas de la vida.
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