Tú eres mi sol
Mi sol que alumbra
Cuando se halla mi vida
En oscura penumbra.
Tú eres mi fuerza
Mi fuerza que trae
Valor y esperanza,
Donde el justo no cae.
Tú eres mi fuente
Mi fuente de vida
Donde corre mi alma
A pedir agua viva.
Tú eres mi fresca
Mañana del día,
Donde haces que crezca
Como flor en la umbría.
Tú eres mi puerta
Mi entrada Divina
Que siempre está abierta,
Para todo el que pida.
Tú eres mi llama
Mi llama encendida
Que arde en mi alma
Hasta tu pronta venida.
Tú eres mi roca
Refugio perfecto
Donde nadie me toca,
Si hago en ti lo correcto.
Tú eres mi soplo
Y aliento de vida
Y no brindas de a poco
Sino en grande medida.
Tú eres mi TODO
Mi fiel compañía,
Cambiaste el lodo
Que mi alma vestía
En blancos y suaves
Ropajes que un día
Pusieron tus manos,
Tus manos que guían.
Patricia J. Olivera Costilla. (patricia_j_olivera@adorador.com)